El día que Rocco llegó a la casa de mamá Esther era un perrito miedoso y uraño. Kara lo trajo en un bolso grande y él sacaba su carita por un costado moviendo la nariz a mil por hora. ¡Tantos olores por registrar en el nuevo barrio!.
Una vez adentro, Kara le puso una mantita en el piso -que era la manta en la que dormía en casa de ella- y él se acomodó ahí mientras conversábamos. Era su "zona segura" y no salía de ella por nada del mundo. Le dimos un juguete y lo mordió con sus dientes pequeñitos y en punta y lo disfrutó hasta que cayó fuera de la mantita. Para alcanzarlo, se estiró todo lo que pudo sin que sus patas salieran de la manta y una vez en su boca, regresó rapidito al centro de la manta donde se sentía cómodo y resguardado. Para ese entonces tenía 4 meses y seguíamos diciéndole "Chilindrino".
Su zona segura ha ido cambiando con el tiempo. Hoy en día es su camita, y parece que esta ya es la definitiva.
rocco está loco
la vida moderna de rocco, mi perro
19.3.11
21.11.06
más guapo que el pinche enano
Cuando mamá Esther dijo que quería un perrito para que le hiciera compañía empezamos a averiguar acerca de razas y cuál sería la apropiada para vivir en un departamento pequeño lleno de adultos. A Yoyo se le ocurrió que debía ser un pinscher enano porque era igual a uno que vio en alguna película y que combinaría muy bien con él. Yo tenía en la mente un Shih-tzu que siempre me han parecido tan graciosos y apachurrables. Entonces Yoyo me contó que ya habían tendio perritos antes, todos pekineses y se sorprendió al ver mi cara de desagrado.
-Es que los pequineses son tan gruñones, que seguro se molestará si lo acaricio cuando vengo de visita.
Mientras nos decidíamos llegó el feriado del 1ero de noviembre y en la mañana una llamada de Kara: "¿No quieren un cachorrito lindo con manchitas tipo dálmata y carita bonita? Mi mamá le está buscando un hogar"
Ese día llegó a la casa de Yoyo un Chilindrino al principio un poco uraño y luego juguetón, sin raza definida que ahora respondía al nombre de Perrín.
-Es que los pequineses son tan gruñones, que seguro se molestará si lo acaricio cuando vengo de visita.
Mientras nos decidíamos llegó el feriado del 1ero de noviembre y en la mañana una llamada de Kara: "¿No quieren un cachorrito lindo con manchitas tipo dálmata y carita bonita? Mi mamá le está buscando un hogar"
Ese día llegó a la casa de Yoyo un Chilindrino al principio un poco uraño y luego juguetón, sin raza definida que ahora respondía al nombre de Perrín.
no siempre son lo que parecen
Lucas es grande, fuerte y a primera vista te da miedo. Rocco que es un agrandado lo torea, le da vueltas, se le trepa. Lucas sólo lo huele, corre un poco con él y luego se queda parado viendo con una expresión casi paternal cómo Rocco y su cola atolondrada van de un lado a otro. El dueño de Lucas me cuenta que la gente al verlo tan grande y fuerte siempre le tiene miedo, que se corren, cruzan a la otra calle para evitarlo y hasta esconden a sus niños sin saber que Lucas es más bueno que el pan y lo único que quiere es jugar. -Son los inconvenientes de ser un Pastor Alemán. le digo antes de correr detrás de Rocco que ahora va veloz y jadeante hacia un grupo de palomas.
20.11.06
chilindrino solitario
El día que fui a recoger a Rocco de la casa de Yoyo me enteré de su verdadera historia.
Rocco, que para ese entonces respondía al nombre de Perrito, apareció como por arte de magia en la puerta del negocio de la Sra. Mary. Ahí se dedicó todo el día a hacer lo que sabe mejor: Poner cara de niño inocente y lamerse "su cosita". La Sra. Mary que es tan amorosa cuando de perritos se trata (y de gatitos también) no pudo resistirse a su mirada tierna ni al hecho de que se había pasado toda la tarde ahí solito, sin amigos y sin el mínimo rastro de un dueño. Después de darle de comer y verificar que nadie preguntaba por él, decidió llevarlo a su casa y cuidarlo ahí hasta que le encontrara un hogar. Para ese entonces respondía al nombre de Chilindrino.
Rocco, que para ese entonces respondía al nombre de Perrito, apareció como por arte de magia en la puerta del negocio de la Sra. Mary. Ahí se dedicó todo el día a hacer lo que sabe mejor: Poner cara de niño inocente y lamerse "su cosita". La Sra. Mary que es tan amorosa cuando de perritos se trata (y de gatitos también) no pudo resistirse a su mirada tierna ni al hecho de que se había pasado toda la tarde ahí solito, sin amigos y sin el mínimo rastro de un dueño. Después de darle de comer y verificar que nadie preguntaba por él, decidió llevarlo a su casa y cuidarlo ahí hasta que le encontrara un hogar. Para ese entonces respondía al nombre de Chilindrino.
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